Navegar en la web puede llegar a ser peligroso, pero es un riesgo que todo mundo acepta. Porque al menos, el promedio de los usuarios, usualmente adultos jóvenes, conocen las prácticas y precauciones que se deben tomar para que sus datos e identidad no corran riesgo.
Con el paso del tiempo, la tecnología se ha adaptado también a generaciones más grandes, muchos adultos mayores han encontrado el encanto de las redes y los beneficios de la web, por lo que han iniciado su viaje en estas, lamentablemente, los adultos mayores cuentan con pocas medidas y conocimientos para evitar algún ciberdelito, terminando así como víctimas, luego de navegar en internet.

Los ciberdelitos de los que son víctimas los adultos mayores
Fraude: Encontrar una buena oferta y rechazarla puede ser difícil. Aunque muchas de ellas, por muy buenas que parezcan llegan a ser falsas. Servicios que pueden parecer casi regalados, hasta programas de inversión, para conseguir un poco más de dinero. Los fraudes se presentan de forma constante, identificarlos se dificulta, al igual que comprobar su veracidad.
Extorsión: Si algo está en internet, no sabemos dónde puede terminar. Fotos, nombres y datos de seres queridos. Información sensible que se comparte con nuestros contactos y personas en las que confiamos podría caer en manos de estafadores. Lo que fácilmente se podría convertir en un intento de extorsión.
Robo de identidad: Muchos de nuestros datos personales están en nuestras redes, fechas de nacimiento, nombre completo, lugar de nacimiento. Esos son datos que se pueden tomar de la mayoría de los perfiles. Lo que posteriormente podría servir para extorsionar. Por otra parte, es común recibir mensajes y correos de servicios o instituciones de nuestro país, muchas veces informando de situaciones ficticias, pero que terminarían siendo perjudiciales para los usuarios, por lo que el pánico hace que se confíe ciegamente en estas, para así servir los datos en bandeja de plata a estafadores.
Cargos no reconocidos: Compras no autorizadas, retiros de dinero o suscripciones a servicios que no usan. Si sus datos han sido vulnerados, es probable que sus cuentas bancarias corran peligro.

En distintas ocasiones, estas prácticas pueden salir del internet y en algunos casos presentarse a través de llamadas o hasta los domicilios de las víctimas. Algunas instituciones, dependiendo de cada país, han lanzado herramientas que ayudan a combatir la ciberdelincuencia. Pero los pasos más comunes para evitar estos fraudes son:
- Verificar que los sitios que se visitan son seguros.
- No entregar datos a sitios sospechosos.
- No continuar con procedimientos que no hemos iniciado.
- No compartir información íntima en las redes.
Fuentes: